CASIDAS DE LA PALABRA
Relampaguea, huyendo,
la palabra.
Oro del pez que en la espuma
se desvanece, instantáneo.
Cae del árbol
la palabra hoja.
El poeta la sigue.
No la alcanza.
Ahora yace en la tierra
cuando pudo
vivir ¡ay! en el verso.
Llega
la palabra.
Quiere la voz
asirla.
Pero huye y se pierde
por el envés
del aire.
Sola,
en el azul de la mañana vuela
una garza.
Sabe dios qué poeta distraído
dejó que se le fuera
una palabra.
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