Angelal

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El amor es una estación de preguntas y la luna lámpara de sombras sobre el cielo.

En mi voz de mujer




miércoles, 24 de agosto de 2011

Jardín fantástiico


Yo los vi. Los ceibos son árboles con sentimientos que llegaron de Urano en un platillo volador y habitán en Manabí.

Cayeron a la tierra al revés, sus raíces miran al cielo. Suelen tomar forma de humanos creando jardines fantásticos. Se quedan como estatuas estirando los dedos que parecen llamar a las personas que los ve. Su florecer en capullos de algodón semejan lágrimas blancas guardadas en un estuche en forma de hamaca.

Siempre lo hacen en el mes de Agosto, surgen de repente formando un alucinante paisaje, como las oropéndolas que salen de la nada. Su sexo es masculino y parecen dioses del Olimpo.

Hicieron varios viajes de avistamiento a la tierra buscando el lugar propicio para instalarse. El ceibo, capitán de la tripulación, dio la orden de aterrizar en este lugar amplio, seco y desértico. Las pocas veces que llueve aparecen flores y mariposas jaspeando el horizonte.

En su tallo guardan la sensibilidad y el asombro. Juegan con algunas palabras que han aprendido y que guardan con cuidado porque su deseo es comuicarse con nosotros para entregar el mensaje que traen desde su planeta. Ellos han entendido nuestros límites y quieren cambiar nuestra suerte. Solo esperan mentes abiertas y un techo celeste que los cubra de luz.

En otras palabras, los ceibos saben que fuimos creados para la felicidad y la ternura, para amarnos,para reir juntos, para el trabajo sin temor y para la celebración de la vida.