Poeta Deyanira Restrepo-Ventana por donde se asoma Dios

Para definir esta poeta singular no tengo las palabras precisas. Viene de las montañas de un pueblo antioqueño llamado Andes. Su padre tocaba tiple y componía canciones, bálsamo vespertino que le fue entregando a sus hijos. Desde muy pequeña Deyanira sintió el arrebato de convertir las palabras en versos que luego acompañaba con el tiple y el corazón. Ella amaba dos veces. En su sencillez me pidió para que yo fuera maestra de ceremonias en la presentación de sus poemas y una fuerza interior me llevo a acompañarla. Para dar apertura a este momento maravilloso pronuncie estas palabras: Dana, diosa de la vida, de la luz y el día. Suena fuerte la canción que deletrea el cielo como barca que sigue el cauce de su amado Dios. Voz paciente, ataviada de caricias y de flores. Atrapa en las cuerdas de tu tiple el vuelo preciso de la alondra. Deyanira: pronuncio tu nombre como botín de amor, mientras aprendo tus enseñanzas que nacen de las entrañas sobre la igualdad, la paz en comunión. En tiempo de conjuros y de pájaros te proclamo heroína de las palabras y deseo que vivas por siempre en el viento, en el agua, en la tierra y en el cielo. No nos abandones y entréganos tu amor.

Filósofo del viento, a mi padre Luis Arturo

A mi padre Luis Arturo "Brindo por ti con un dedal de vino" Jotamario Arbeláez Con él llegaba a la casa el pan de la tarde. El cansancio se colaba por sus ojos de miel y en sus bolsillos guardaba el saldo de los días. Hoy es leve brisa su recuerdo. Quería que yo viajara el mapa y la palabra, los recortes de las caricaturas y sus dichos: "Cada cerebro es un mundo". "Viva y deje vivir". "Vivimos en una finquita que se llama tierra". Sabios decires que todavía me acompañan. Siempre irá por mis venas la sangre de su sangre, su humildad de campesino de la montaña de Belén, en Aguas Frías. Su amorosidad, sus diálogos, su verdad asumida. Orgulloso de su prole salía con todos nosotros al parque. En los últimos días le llegó la tristeza como una bruma de tapia y aldaba, por la casa. Hoy supe que hay una estrella "con movimiento propio" que se llama Arturo y alumbra en la constelación del Pastor. ¡Qué bienaventuranza padre! este poema doloroso que te ensalza.

Voy a tientas muriendo cada día

De repente se llena la copa de la vida. Hoy estoy de cumpleaños que celebro con el lanzamiento de mi nuevo libro Ecos de marimba. La luz brilla en mi ser y todo lo vivido lo guardo hasta mañana. Me asomo por el espejo de mis años y el reflejo llega para seguir de nuevo. He aprendido que en la espalda de los años llevo mis nostalgias, mis locuras y mis miedos. Voy a tientas muriendo cada día, nada me detiene. La muerte es mi propiedad privada.