Angelal

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El amor es una estación de preguntas y la luna lámpara de sombras sobre el cielo.

En mi voz de mujer




lunes, 23 de mayo de 2016

Monólogo con el espejo - Qué dirán cuando yo muera.




El espejo tiene todos mis códigos. Entro en su vacío interior, nos miramos a los ojos, me palpa invisible, en su juego de ver lo oculto, de mostrarme las marcas piadosas que dejan los lejanos tiempos.
Veo flotar en blanco el cabello sobre mi frente. El me observa y calla. Podría decir que se está burlando de mí. Hace gemir mis pensamientos, algo nos parte en dos, la que se refleja y la que quiero ser.
El espejo es otra mujer inmensa que rastrea mi piel, mientras me miro con voz callada, creo oírle decir que no le estoy revelando nada nuevo. Que extraño, será que quiere verme con bigotes. Ya sé lo que estás pensando, no voy a caer en la trampa. Veremos.
Lo cierto es que el espejo me tiene bastante enredada, no tanto porque ve mi rostro todos los días, sino porque, en estas mañanas tan grises, es testigo de mi pelo revolcado y de mis ojos apagados. El registra todo como un computador, va registrando lo que se ponga de frente sin pedir permiso. Uh… Ahora empieza el rito de mi transformación.
Me baño, regreso frente a él, tal vez logre salvarme de su hechizo. Sé que me ves fresca, no te rías, es verdad, estoy muy fresca. Asciendo a mi regazo la bolsa de cosméticos. Saco la base de maquillaje Matifix con control de brillo y larga duración. Coloco 4 o 5 puntos en mi rostro y comienzo con los pulpejos a expandir de forma homogénea, tratando de darle una apariencia juvenil y agraciada. No me mire así, eso dicen en la televisión.
Ahora con un pomo suave esparzo el polvo translucido que rejuvenece y aclara mi piel. No son mentiras, no me ves que estoy quedando bonita?. Yo siempre tan puntual a la hora de mirarme al espejo y tú, tan regañón, siempre se refleja que me ignoras.

Mis labios son una especie de ave quieta, que pinto de rojo, tono 266 de Revlon, para que se noten, son carnosos y seducen a los hombres. Recuerdo la voz de mi madre cuando me llamaba y yo contestaba ya voy, ya voy, me estoy pintando los labios. Apúrese decía, para quién se está empayásando. Ahora está quieta en el lecho. Ahora me duele su silencio, pero mis labios los innombrados, traen la percusión de los besos recibidos.

Llegó la hora del rubor, ahora si te vas a reír de mi por este gesto gracioso, como el que hace un clown para salir en la foto. Me chupo los labios como si fuera a dar un beso espontaneo. Me enseñaron que así se hace, para marcar la parte por donde viaja la brocha de abajo hacia arriba, como si estuviera pintando la sombra agazapada que invoca la vida. Creo que ya estoy lista. Que no, pero que me falta… Dios mío, se me hace tarde.

La petañina, que voy hacer.. Arriba, ahora abajo, cierro los ojos. Se me hizo un reguero, no puede ser. Vió, eso me pasa por mirarlo fijamente. Que rabia. Necesito un paño húmedo, dónde están, cuando uno está de afán no encuentra nada. Por fín… lo logré.

Estoy Lista para salir cuando escucho en la emisora la noticia que se murió Oscar de la Renta, se fue para siempre el símbolo de la elegancia y feminidad. Ja..ja..ja.. que dirán cuándo yo muera.
Querido espejo, hoy descubrí que reirme de mi misma, es lo más serio que hecho hoy. Adios.

Ángela Penagos Londoño.




miércoles, 18 de mayo de 2016

El Salvador, un país inesperado



Las luces titilantes de la noche de Medellín envolvían mi rutina creadora. Era víspera del viaje a El Salvador en Centroámerica para asistir al Festival Internacional de poesía de la Universidad Autónoma de Santa Ana, "Encuentro cultural para la identidad y el desarrollo de los pueblos". Sentía curiosidad por su gente, sus lagos, sus volcanes. Conocía sus grandes escritores: Salarrué, Claribel Alegría, Alfonso Espino, Carlos Alberto Soriano, y Prudencia Ayala, entre otros. Sentí una especie de vértigo de saber que iba a habitar este firmamento que sólo conocía en el mapa del libro de geografía de mi infancia.
Viajé con las poetas Georgina Cuartas de Medellín, Margarita Rosa Patiño de Cali, para representar la poesía colombiana, invitadas especialmente por la licenciada Aracely Aguirre, directora de Proyección Social de Unasa, organizadora del encuentro, que nació como un aporte de la Universidad para contribuir a la cultura del país con esta experiencia creativa a través de recitales, conversatorios y talleres.
Llegamos al aeropuerto internacional Oscar Arnulfo Romero y Galdámez el día 27 de Abril de 2016 a las 7:00 de la mañana. Con batimiento de alas una bandada de clarineros acompañó con su melodía nuestra espera en el aeropuerto. Después de un corto tiempo llegó a recogernos Wilber Galdámez, persona amable que nos hizo sentir en familia, para unirnos al grupo conformado por las poetas Maureen Altman de Estados Unidos, poeta Silvia Siller de México y reside en New York, Estados Unidos, Berber de Canarias, Cleotilde Gordoa, Yuriria Cañedo, Elvira Mora, inspiradora del encuentro, Sally Ochoa Sánchez y Alejandra Domínguez de México.
Los medios de comunicación hicieron despliegue de nuestra llegada con entrevistas anunciando toda la programación cultural a la comunidad. Llegamos a la Casa de las Academias donde fuimos sorprendidas por musas inmóviles e inanimadas que estaban ubicadas en el silencio de un salón profundo, como portal de la mitología griega, llevando en sus manos el afiche promocional de cada una de las poetas participantes. Me detuve a contemplar aquel olimpo humano y comprendí que el mundo es una creación poética para la libertad y la vida.
El actor Gustavo Galvis creador de esta obra logró conjugar el espacio de una manera conmovedora. Para nosotras ha sido una suerte haber vivido esta experiencia que guardaremos por siempre en nuestro corazón conmovido.
El rector de la Universidad Autónoma de Santa Ana, Master Sergio Carranza, poeta y visionario estaba presente en la Casa de las Academías en San Salvador para darle apertura al memorable Festival de poesía acompañado por la directora de Proyección Social de la Universidad, Master Aracely Aguirre, que llena de entusiasmo se ramificaba con todo su equipo para el logro de este sueño. Ellos como una multiplicación de espejos estuvieron acompañando todo el tiempo el evento, nutriendo de nuevos lenguajes cada presentación. Para Gustavo Solis, Carlos García, Carlos Ramos, Josué Martínez, Wilber Galdámes, Diana González, Dinora Rivas, Juan Luis Flórez, enviamos nuestro mensaje de agradecimiento sincero, con la ilusión de volverlos a ver en el mágico recuerdo de un alfabeto desbordado que nos permita escribir un mundo mejor.

Santa Ana, una maravilla que irradia a lo lejos su altiva belleza
El bus emprendió su viaje con nosotras y con el equipo de Proyección Social de Unasa hacia Santa Ana, ciudad de tierras hermosas, con carácter llamada "Morena" llena de historia y de significados. A la entrada, en una de las carteleras del parque principal leí la palabra escrita en náhuatl, "Sihuatehuacan" que significa "Ciudad de mujeres bellas y sacerdotisas" como anunciación de lo que sería nuestra estadía en este inesperado país.
Llegamos a cenar al restaurante Ina Jammi que abrió sus puertas para la presentacion de libros, recitales y otras actividades durante los días del evento. Después de tantas alegrías, fuímos al Hotel Villa Napoli, donde nos hospedaron. Lugar de inspiración, rodeado de naturaleza que conserva la originalidad de su entorno.
Al día siguiente nos vestimos de gala para asistir a la inauguración en el marco del trigésimo aniversario de UNASA. Toda la comunidad educativa estaba presente. La mesa directiva engalanada por el rector y diversas personalidades de la Universidad. Las notas del Himno Nacional dieron paso a la apertura con la programación cultural que incluía la presentación del poema a Santa Ana, creado por la poeta colombiana Margarita Rosa Patiño y Silvia Siller, que nos deslumbró con su salero, cante, y baile flamenco.
El Alcalde de la ciudad, Ingeniero Mario Moreira entregó a cada una de las poetas el nombramiento como "Visitantes distinguidas" otorgado por acuerdo del Concejo Municipal de la ciudad. Este momento histórico trasciende fronteras por permitir el intercambio cultural, el conocimiento de lenguajes originales y el desarrollo de diversas culturas, tejiendo invisibles significados.
Damos las gracias porque a través de esta experiencia creativa logramos ver por la ventana abierta de Santa Ana salir un nuevo sol, explorar sus colores entre siglos distintos, sentir la vibración de su gente y el resplandor de la vida de un país que inscribe su existencia entre árboles de amate y sueños prehispánicos.
El Salvador nos regaló el prodigio de hacer que el alma se volcará sobre sí misma y descubrierá aquello que es la vida: su sensibilidad humana, como vuelo de palabras reveladoras que se quedarán por siempre como marca indeleble de un linaje universal.

ÁNGELA PENAGOS LONDOÑO
Poeta colombiana
Presidente Red de Mujeres Artistas de Medellín
Discípula de las Musas
Mayo 14 de 2016