En mi familia siempre hemos sentido la navidad como algo grandioso. Es la perseverancia del encuentro. Fuente del abrazo y del sentido de pertenecer a un lugar de amor. Mi hermano Luis Arturo y yo siempre preparamos con anticipación esta celebración. Para este año decidimos trabajar con los 4 reinos mutantes: agua, aire, tierra y fuego.
Cada uno de estos elementos tenía un ritual especial. Seguramente habrá muchas maravillas para contar, pero he elegido una que me toco profundamente el corazón. Elemento aire: encargado del pensamiento y la palabra, su vehículo son los vientos, las fragancias y las notas musicales. Evocan en nosotros recuerdos ancestrales y nos llevan a encontrar nuevas realidades.
El ritual que hicimos fué pasar una bomba roja con la palabra TE QUIERO. La persona que la recibe debe entregarla a otra, mirandola a los ojos y diciéndole porque fue elegida. Tantos te quieros guardados, tantos te quieros inconclusos, tantos te quiero detenidos.
Estabamos sentados en circulo y ansiosos esperabamos el turno. Paula Andrea mi sobrina de 9 años cuando fue nombrada por mi hermano mayor, se levantó en lágrimas y se pegó al cuerpo de mi hermano, aferrada al te quiero, al que le hacía falta para arropar su corazón.
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