Estaciones del río Medellín: un camino hacía el olvido

Con mi grupo literario Aprendiz de Brujo y ahora nombrados por la Alcaldía de Medellín Vigías del Patrimonio hicimos a pie el camino del río Medellín en busca de sus tesoros escondidos y de su pasado con la participación del Museo de Arte Moderno de Medellín.

Debo decir que fué una invitación para que caminantes de la ciudad llegarán a reconocer su historia. Se realizarón las estaciones:

La voz del río: En la instalaciones del Museo hice lecturas de algunos de mis poemas, como este: Ruta de Ríos

Te mostaré como aparecen
los ríos del planeta azul.

Ruta de toboganes
de laberintos
de estanques
de fugas amorosas.

Habitada por burbujas
y cantos de ballenas
siderales.

En lo profundo
un abrazo anaranjado
de peces.

La segunda estación: Historias del río. Plazoleta de Bancolombia
Estuvo dirigida por Nubia Amparo Mesa, Ángela Salazar y Alvaro Jiménez: fué una estación de recuerdos, se narraron episodios de peces, donde se recogían minerales ya fuera a pie, en mula o en silleta.

Tercera Estación: Música del río. En el puente de Guayaquil
Nos acompañó el violinista del jardín, Luis Alberto Ibatá.
Aquí los moderadores eran: Ángel Galeano, Alvaro Jimenez y Helena Garcia que incentivaron a escribir y a pintar el río.
La literatura no es solo regocijo, es la lucha por la vida.
Es la brega constante para avanzar en nuestra condición de seres humanos y que el río no sea el ataúd anclado en nuestra propia soledad.

Las alarmas del corazón

Mi madre ha comenzado a presentir su muerte. Nos quiere dejar instalado en la memoria el sentido de la existencia. Al verla recordar las historias sentimos la pena de su despedida anticipada.

Nos recrea pasajes olvidados, describe la casa vieja donde creció, devela secretos de amores inconclusos registrados a blanco y negro ambos de pie, uno junto a otro sin tocarse, rodeada por su clan de 5 mujeres y 8 hombres, su conversación huele a lluvia. Saltan los conejos en el criadero de mi hermano Arturo. Murmuramos oraciones en el patio. Sentimos inquieta la piel por el primer amor. Los amigos un recuerdo de emociones y bonanzas. La escuela amanecer de campanas y maestras en juego de alfabeto, ábaco y algarabías. La misa de gallo un santuario de sombras y de estrellas.

Cada noche me reunía con ella en la cocina donde lo simple tomaba forma. Alimentos, hilos, palabras en sus manos a través de las cuales les imprimía la huella de la paciencia, el amor y la belleza.

En una noche de verano me entregó el secreto, la llave que todas las mujeres tenemos guardada y que se nos ha olvidado encontrar el sexto sentido, que nos permite intuir las cosas.

Siempre que tengo una duda y acudo a ella para que me aconseje, me responde:
haz lo que dicte tu corazón, escucha la alarma que se enciende dentro de ti,
el sentido común.

Oración irlandesa

Que pueda el camino
subir hasta alcanzarte.

Que pueda el viento soplar
siempre a tu espalda.

Que pueda el sol brillar
cálidadamente sobre tu rostro.

y las lluvias caer con dulzura
sobre tus campos,

y hasta que volvamos a encontrarnos
que Dios te sostenga en la
palma de su mano.

Tonatiuh-Sol en lengua Nathuat

Rompe con tus rayos
pórticos de fuego
y camina sobre siglos
en la leche desnuda del alba.

Ojo de salmo
entra en la tibieza
cotidiana del instante
y alumbra mi ser
para brillar
ardiéndome.

Erosión
de colores olvidados
sonidos del silencio
habitando en el pozo
del lenguaje.

Geometría del espíritu
ronda
rosa y azul
de Mattisse
donde flotan castillos
en la serenidad
de su centro.