Angelal

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El amor es una estación de preguntas y la luna lámpara de sombras sobre el cielo.

En mi voz de mujer




domingo, 8 de noviembre de 2015

Programa Medellín las mujeres y las artes 2015 - Ángela Penagos Londoño



Hilos rojos de amor
Cuentan las que cuentan cuentos que las mujeres de Medellín tejieron con hilos rojos invisibles significados. Ahora danzan, vuelan y sueñan. La vida es una maga de gran poder, dijeron todas.

Las que se arriesgaron, dan testimonio por ser protagonistas, porque en realidad encontraron dentro de sí, otra manera de habitar el mundo. El amor las vió llenar el lienzo con colores insinuantes de arco iris. Un domingo de Octubre hicieron el ritual yla danza se encarnó en la piel, círculo que fluía hacia el asombro, hacía eso desconocido y profundamente liberador de lo humano: ¡La vida!

Las mujeres fueron llevadas por las artistas a conocer su secreto. Tomaron sus manos y dejaron semillas nuevas que enhebraron a la rueca de los sueños. Ellas en agradecimiento sacaron sus pinceles y dibujaron un cosmos diáfano y brillante.

El teatro reunió los sentimientos cotidianos, historias ignoradas, la fuente y el agua. Yolanda comprendió la esencia de su alma. Ahora se siente partícipe y a la vez hacedora de primaveras para celebrar. Miró el reloj, se estiró y sintió que tenía muchas horas por delante para seguir por el sendero maravilloso de la existencia.

Las actrices esperaron ansiosas el día de su presentación. Se ciñeron diademas para representar a Penélopes y Julietas, siempre en el descubrimiento del cuerpo en movimiento, el juego y la risa, recreando historias con alma de mujer.
La puerta del salón se abrió y Ana entró sonriendo. Tenía una belleza natural que realzaba con el turbante agitado de flores enredado en la cabeza. Parecía una diosa de carne y hueso.

Allí estaban sentadas Amparo, Claudia, Paula, Fabiola y Cielo que hablaban afirmándose en su propio decir. Todas salieron a su encuentro. Por la ventana en forma de arco, atravesaban los rayos del sol. Ellas querían cambiar su destino, querían un sol reconciliador, algo más...

Habían conocido la hermandad y se habían dado cuenta que cuando compartían era posible saltar todas las barrera. Estaban convencidas que había elegido toboganes de chaquiras iluminadas que las conectaba directamente con su ser a través del programa Medellín, las mujeres y las artes – “Para crecer-creamos”.
Los clip, toque mágico de las cámaras atrapaban el mundo con su magia original. Alumbraban con el flash la gracia de la pose. Porque la fotografía me desahoga, dijo Nelly, ya no estoy desolada. Mi talento está hecho de imágenes que aparecen como el conejo en el sombrero del mago.

Tatiana y Natalia enseñaron a congelar las cosas por esa rendija por donde se asoma la vida. Sus luces interiores las llevaron a reconocer el misterio del color y la sombra. Una de ellas dijo: “La solidaridad entre las mujeres significa estar en tus zapatos, yo te veo y te reconozco”.

Después de la actividad del día llegaban a clase agotadas pero sacaban fuerzas porque palpitaban con lo que les gustaba hacer, recoger el instante exaltando o reduciendo el brillo de la luz..

No se hicieron esperar las niñas con sus caritas redondas de todos los colores, capules asomadas por sus naves de nubes danzarinas. Estaban conectadas con el palpitar de las estrellas, órbita celeste, estallido de amor en parpadeos.

Una vez las mujeres descubrieron el profundo sentido de las artes, habían ganado la batalla. Ovacionaron la creación, abrieron nuevas vías de comunicación, tejieron la esperanza y nombraron la paz.
Las artistas de la ciudad de Medellín habían entregado la llave. El arte, conocimiento salvador es un camino que no tiene límites.

Y se oyó la voz de la poeta que dijo:

El tiempo de tu alma
es de luz
busca la belleza
donde todo sucede
permanece en el círculo
y amarra en tus manos
hilos rojos de amor.

ÁNGELA PENAGOS

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