
Flores para un desierto
Hablar de cosas íntimas
con los cangrejos
que van hacia adelante y atrás
mientras invento la vida
en la codicia del amor.
En el desierto se confunden
las pequeñas arenas
y hasta los cactus
ofrecen sombras detenidas
en el cobijo del silencio
y en el oasis marcado
por un fondo sin torrente.
La flor, es una inmigrante
que persiste en tierra seca
bajo la fuga de los vientos,
solo para el placer de los dioses
que hacen por ella
poca cosa.
Su florescencia
-canción de resistencia-
es el beso del tiempo
en sus raíces.
Una belleza de poema. Me fascina! Muchas gracias querida Ángela!
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