El poder de una sonrisa

Mi abuelo era un hombre con una presencia serena y una belleza interior que se reflejaba en su rostro. Sus ojos azules, profundos y expresivos, parecían contener una sabiduria y una experiencia que solo se adquieren con el tiempo. Su mirada intensa, cálidad y acogedora, invitaba a quienes lo readaban a sentirse cómodos y seguros. Cuando sonreía, su bondad y amabilidad se hacían evidentes, iluminando todo su rostro y transmitiendo una sensación de paz y tranquilidad. Él me enseño que la sonrisa lleva consigo el pulso de todo lo que existe, es el eco de la vida, lo hermoso que toca el corazón. La sonrisa es una estrella dibujada en el rostro, me decía. La sonrisa es una emoción contagiosa, es la flor de un amanecer en verano. Enciende el canal de la comunicación con las personas, mejora el estado de ánimo, reduce el stress. Hay sonrisas auténticas: salen de manera espontanea, se ve en las comisuras de los labios que suben, los ojos se ponene brillantes, es un destello de luz en el alma. También hay sonrisas sociales, es una señal no verbal, que se da en las reuniones de trabajo, en situaciones de servicio al cliente. La sonrisa es un lazo eterno entre los seres humanos. El día mas desperdiciado de la vida, es el día en que no reímos, dijo Charles Chaplin.