Angelal

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El amor es una estación de preguntas y la luna lámpara de sombras sobre el cielo.

En mi voz de mujer




miércoles, 19 de septiembre de 2012

Divagaciones en torno a Ecos de marimba- Antonio Botero Palacio


Desato las sandalias para llegar al templo de tus sueños, Ángela Penagos estoy escribiendo con los ojos cerrados para penetrar en tus sueños.  El llanto congelado de las lágrimas furtivas va rompiendo el cristal de los piélagos donde aullán los canes de la miseria humana. Y, un sabor de nostalgias va destilando el rastro que dejaron las huellas de una raza cautiva.

Sones doloridos de marimbas pulsadas por manos sarmentosas que escribieron ausencias, van lanzando a los vientos las voces que silenció la muerte.

"A bordo de un bajel sin viento", signos de ausencia aúpan la trashumancia de destinos inciertos, y, mientras tanto, en la casa de Belén, como en La Casa Grande que hicieran mis abuelos, arde la soledad, muerde el silencio, y, se estremece el sueño de los viejos tejados que allá por otras lunas fabricaron las manos anquilosadas de sueños patriarcales.

En La Casa Grande también "la ventana guarda el tiempo del sueño y la guitarra", y, en noches de pleniluno se estremece el paisaje con el vibrar de cuerdas que ataron corazones sobre la media-luz de una luna enfermiza que fue testigo del cadencioso lenguaje de serenatas campesinas.

Y, fíjate Ángela, cómo allá sobre el pasado, "cuando papá llamaba a recoger palabras en la inmensidad del patio, pájaros, castillos, duendes, caballitos de mar caían en mi mochila tejida de esperanza niño".  Acá, bajo la lluvia de soles que tú sueñas, eres tú Ángela, la que abre la mañana de las flores, la que entiende el arpegio con que aduermen las mirlas las tardes de verano.

Acá estoy, Ángela bajo las sombras de estos guayacanes, que así, tendidos sobre la piel rugosa de esta tierra reseca, parecen retazos de arreboles que arrastró la ventisca desde un ayer lejano que sepultó luceros vesperales.

Yo, también "soy viajero entre los otros donde cruza un río nuevo".

Yo también, Ángela, me he perdido en tus sueños.

Antonio Botero Palacio

Quedan cortas mis palabras  para agradecer las visiones que el poeta encontró en mi nuevo libro Ecos de marimba.  Gracias, muchas gracias.

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