AUSENCIA
Estoy frente a los árboles
silenciosos
en el enigma del bosque.
Tu recuerdo con aroma fértil
llega a mí como una súplica.
Yo lo aspiro
y me elevo
y sueño…
Hojas y ojos
me miran y me tocan.
Quiero pensar que estás aquí
en el aire
en el trino de los pájaros
en la negación de la ausencia
como bálsamo.
Te escucho en el murmullo
de los árboles cuando la brisa
los desnuda lentamente.
Y vuelvo a pensar en ti
inmerso en mi terrosa soledad
que respira tu ausencia
con sed de desierto obscuro
y sin regreso
como la muerte.
EL POEMA
El poema hablaba de fragilidad
de recuerdos nostálgicos
de ausencias y reencuentros.
Reinventaba memorias febriles
amorosas…
Decía que en playas lejanas
se transmutaban las imágenes
en luces prolíficas
en espejos brillantes
en gaviotas de plata.
Y entonces supe que los versos
podían volar muy alto en la realidad
del sueño
porque tenían palabras con voz interior
dulces y poderosas
NUEVA EDAD
Fue frente al mar en donde supe
que el tiempo había pasado insomne
sobre los viejos retratos.
Tiempo que nos rubricó con surcos en la piel
a la hora del crepúsculo
cuando la luz se tornó rojiza
anaranjada
liviana...
antes de entrar a la nueva edad
nostálgica y áspera
que nos trajo una profusión de recuerdos
con los rostros
de aquellos que se fueron
sin decir adiós
y con las lunas
tantas veces advertidas,
por nuestros ojos de poetas y de náufragos,
que iluminaron los tristes dominios
de la soledad pronosticada.
PRINCIPIO Y FIN
La vida y la muerte se buscan
y se acoplan hambrientas
como la cabeza y la cola de una víbora
que intenta devorarse a sí misma.
Los días corren veloces.
Corren-vuelan-navegan-naufragan…
desde el primer llanto que moja la aurora
hasta el final
sobre sábanas blancas
en la soledad punzante del último minuto
cuando la obscuridad encenderá sus enigmas
en espejos cóncavos y herméticos.
Algunos admiten
que todo lo que comienza termina:
primavera-verano-otoño-invierno.
Otros no desean tocar el tema de la muerte
porque acontecimientos sin nombre
los han vuelto temerosos e incrédulos.
“La muerte es cosa de viejos”
–dicen–
y sonríen con la sonrisa de Uadyet
la cobra egipcia que adornaba la corona
de los faraones que se creían inmortales.
“La vida y la muerte
son la cabeza y la cola de una víbora
que se devora a sí misma”.
Yo no quisiera admitirlo…
pero empiezo a sospechar
que tengo el mismo temor de los incrédulos.
Escritor, poeta y periodista. Nació en Ipiales, Nariño, Colombia. Fundador y director de los talleres literarios “Octavio Paz” y “Juan Rulfo”. Fue asesor de Cinterfor (OIT) en Buenos Aires y en Ginebra, Suiza, y de la UNESCO en París, La Habana y México. Ganador de varios concursos, entre ellos: Premio de Cuento Juvenil Universidad de Nariño; Premio Nacional “Ciudad de Barrancabermeja”; Premio Nacional de Cuento otorgado por Editorial Planeta y El Espectador. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, portugués e italiano. Jurado en concursos de poesía y cuento, nacionales e internacionales. Escribe en varios periódicos de Colombia y México, país donde vivió durante 20 años y donde fue alumno de Juan Rulfo y Octavio Paz. Miembro de Rotary Internacional desde 1985, y de la Asociación de escritores PEN de Colombia.
Libros publicados: Desnuda soledad; Los Ojos del Recuerdo; La furia del tiempo; Nuevas Voces de fin de Siglo (poesía); El baúl de Mercedes Saluzo (novela publicada en Colombia y México); Páginas al viento (ensayos); La gitana Iselda y Sabrina (cuentos); Búsquedas y Encuentros (poemas a seis voces); Dados circulares (narrativa polifónica editada en Colombia y España); Un año después (relatos a siete voces); Oricto el conejo sabio (cuentos infantiles polifónicos): Libros inéditos: Los Primos (novela juvenil). Metempsicosis (poesía); Los sueños de mi abuelo (cuentos infantiles). Correo electrónico: revelo2000@gmail.com
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