Soy mujer tostada de sol y luna. Mi evangelio son las letras del alfabeto desparramadas en el temblor de una rosa.
Angelal
En mi voz de mujer
lunes, 5 de junio de 2017
Carta a una nieta
Junio 4, 2017
Querida Alicia,
Cuando yo, tu Tita, era pequeña como tu, vivía donde tu vives, en Bogotá y mi abuelita Ángela vivía en Medellín.
Ella me enviaba carticas como ésta que estas recibiendo. Mi corazón latía muy fuerte cuando tocaban la puerta de la casa y era el cartero.
Tenía uniforme azul, cachucha y un maletín donde le cabían montones de cartas que viajaban en avión por las nubes más altas.
Cuando la tenía en mis manos, rasgaba el sobre y sacaba con cuidado esa hoja blanca que venía escrita con su propia mano y me pintaba dibujitos como este sol y esta flor.
Mi abuelita era una mujer sencilla y adorada, tenía ojos castaños y dedos nudosos. Su pelo era blanco como los copos de algodón.
Mis papitos me pusieron su nombre, Angela, como el de ella para recordarla siempre. Me ha hecho mucha falta porque me gustaba recibir sus cartas.
Alicia, recuerdo cuando jugamos a la tienda y a la peluqueria que hiciste para ponerme bonita para que yo pudiera asistir a la fiesta de la vida.
Quiero que seas mi huesped y llenes el vacio que se siente en algunos días en que quiero tenerte cerca y tu no estas.
Recuerda siempre lo mucho que te quiero.
TITA
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