Angelal

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El amor es una estación de preguntas y la luna lámpara de sombras sobre el cielo.

En mi voz de mujer




martes, 20 de noviembre de 2018

Faraona de la poesía - Mi historia es un cuento


ANGELA PENAGOS
Faraona de la poesía

En aquellos tiempos Medellín, ciudad de montañas amarradas y cúspides de silencio, era habitada por familias numerosas.

Angie como la llamaban cariñosamente, vivía en Belén y su hogar estaba formado por Arturo, su padre, Lucía, su madre, Loly la abuelita y trece hermanos que bautizaron con nombres de príncipe.

Todas las semanas su padre los convocaba a una reunión en el patio de la casa como si se tratara de una gran plenaria y allí todos los hijos llegaban con las esperanza enredada en el viento. Empezaba diciendo que venimos de historias lejanas, de himnos hechos de maíz, de tambores que siguen cantando en nuestros pueblos.

De pronto sacaba una bolsa de papel llena de palabras que había recortado de revistas, periódicos y escritos rescatados de los escombros que la gente tiraba como desecho y que para sus propietarios habían perdido utilidad, Su búsqueda le había permitido leer y llenar las arcas de su memoria con muchas historias que crecían y crecían como flores silvestres.

Mientras sus manos se hundían en la bolsa para sacar las palabras y lanzarlas al cielo Angie lo observaba hilvanando la forma de sus sueños. Ella era la semilla para la primera cosecha. Las palabras fueron cayendo al piso de cemento esa mañana, hasta que todos los hijos se amontonaban con el aliento guardado a recogerlas.

Angie vio cómo las palabras se movían de un lado para otro, respiraban, eran lluvia, regalo, muñeca, sonrisa.

Con el lápiz en su mano empezó a escribir versos pequeños en el cuaderno donde se repetía la lluvia de palabras que su padre le había enseñado para que ella se asomara por esa ventana al abecedario.

Sus hermanos, sangre de todas las sangres volteaban las páginas que ella escribía desde una esquina del cuarto.

Hay tanto que contar decía Angie y su pupila se encendía en la noche para seguir escribiendo, como si fuera su respiración, su forma de ser.

Escribió muchos libros de cuento y poesía y se convirtió en una estrella cercana que tiene forma de faraona y vive entre nosotros.



ESCRIBIR ES PARA MI UNA ASIGNATURA PENDIENTE
QUE DEBO HACER TODOS LOS DIAS.

ÁNGELA PENAGOS LONDOÑO

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