Soy mujer tostada de sol y luna. Mi evangelio son las letras del alfabeto desparramadas en el temblor de una rosa.
Angelal
En mi voz de mujer
lunes, 22 de diciembre de 2014
martes, 9 de diciembre de 2014
domingo, 7 de diciembre de 2014
La soledad del día, cuento del libro Aoketekete y otros relatos del río
Aoketekete y otros relatos del río – 5 editado por Fundación Arte y Ciencia, beca de creación Vigías del Patrimonio Alcaldía de Medellín
La soledad del día
Ángela Penagos Londoño
La mujer le dio una palmada en el rostro con severidad y gritó: “Vaya a la tienda a comprar el pan para el desayuno”. Ella era muy dura y le descargaba todo su odio. Él salió llorando hacía la puerta y llegó a la calle desierta. Pensó que lo castigaría, no sabía a ciencia cierta por qué, se sintió atrapado por el desamparo. Como autómata empezó a caminar sin rumbo fijo. Había tomado la determinación de huir tras el paso a paso que lo iba alejando de la casa.
Wilfred, llegó a la calle a los 9 años. Desde bebé había vivido con esa mujer que reemplazaba a su verdadera madre. “Ella es bruja”, dijo, encogiéndose de hombros. La casa asfixiaba, todo estaba en desorden, los muebles apretujados, los cuadros torcidos y sus paisajes cansados de estar colgados en esos muros secos. En un cuarto había un vaso con agua, velas prendidas siempre, alumbrando retratos y el humo oloroso del incienso. En una mesa estaba el tarot, un paquete de tabacos y en un rincón unos huesos sacados de un cementerio cercano.
Wilfred es delgado y huesudo, sus ojos claros se cerraron para contener las lágrimas asomadas al evocar la historia. El cielo estaba despejado y a su izquierda, recostada en el andén, su maleta negra.
“La calle tiene un ruido que llena” dijo. Ese ruido se ha instalado dentro de él. Los vendedores gritando, la gente que viene y va en esa inmensidad de ciudad. Recuerda que se alimentaba pidiendo sobrados en los restaurantes y dormía en una bomba de gasolina.
Cuando lo conocí, vivía en la boca de un desagüe del rio Medellín, a la altura de Vegas de El Poblado. Santiago, mi hijo de 12 años era su amigo. Le daba comida y ropa, cuando el río se la arrebataba. Lo animaba, se interesaba por su mundo, conversaban sobre el reino del agua y de la tierra. “Santi me ayudó en la cuestión moral, anímicamente me dio confianza, me supo valorar. Él vio mi corazón, no mi rostro”, dijo, tras un suspiro.
Hace dos meses fuimos a buscarlo al barrio Guayabal. No fue fácil encontrarlo. Salimos varios días en su búsqueda. Un domingo a las 10 de la mañana, después de haber hablado con el señor que vende papas fritas en el atrio de la iglesia, nos confirmó que “El alemán” como lo llaman, duerme en una banca del parque. La espera fue un desafío porque nos tocó enfrentarnos a las miradas inquietas de sus habitantes que nos veían como intrusos. Cuando estábamos decididos a irnos, tímido, brotó como de la nada, y al vernos sonrió con gratitud, empuñó su mano y la llevó al corazón en un gesto de amor que leímos en esas mejillas pálidas de piel reseca y ojos azules. Nos conmovió cuando dijo: “El corazón cuando no se llena de amor, se pone duro”.
Vestía una sudadera negra y en su mano derecha tenía un trapo de cuadros rojos y blancos que apretaba con fuerza. En la muñeca izquierda tenía unas manillas verdes y azules y en la mano cargaba la maleta negra, que nos dijo era su hogar.
El río acompañó mi soledad
Empezó a vivir en esa cueva porque Patricia, que residía en la otra orilla con su compañero, se había apoderado del espacio. Sin embargo al morir él, se sintió sola y trastornada. Solo la acompañaban los susurros del río. Por esa calamidad y la recomendación de un amigo en común, le dio permiso a Wilfred para habitar el otro lado del río y le regaló unos plásticos para que armara su cambuche. Era su refugio, ahí descansaba muy bueno y el ruido del agua lo arrullaba para dormir. A veces, en la soledad del día se inspiraba, le cantaba y le hablaba. Por momentos sentía como si el río le hablara de sus nostalgias y dolores. “El río compartió su piel conmigo, nos habíamos hermanado”, dijo.La soledad del día
La soledad fue su mundo. Habla poco y observa mucho. Todos los días se levantató con ganas de ser feliz y se sentía libre como el viento. La soledad es un juego cruel que tiene vida, a veces sentía una angustia terrible, entonces miraba el firmamento buscando un dios en quien confiar. Su rutina de trabajo empezaba a las 7 de la mañana, se bañaba con agua del río, cuidaba carros y lustraba zapatos. Aprendió el oficio en un internado del Municipio de Medellín. “Me iba bien, le traía la comelona a Patricia, nos volvimos como hermanos”.
Cuenta que cuando llovía mucho, dormía con un ojo abierto, el otro medio cerrado y el oído atento porque el río rugía. Muchas veces vio cómo el agua se creció llevándose sus pertenencias y dejando solo el arenero.
El río serpenteaba desde el sur, se desbordó una noche, parecía un manto café con chamizos, rayando las paredes de la cueva. Se puso alerta, se agarró como pudo para no caer, temía que se lo llevara el río. Se sentía con el agua al cuello, el crudo invierno no le daba tregua, se refugiaba en un rinconcito esperando que escampara y que bajara la corriente. Rezaba lo que se sabía y con los ojos cerrados le pedía a la vida que le diera otra oportunidad.
Al río lo matamos los humanos
Recuerda que la luz del sol se diluía en las aguas del río que bajaba manchado cuando las tintorerías descargaban sus aguas residuales que lo contaminaban. Era el preámbulo de la destrucción. “Ahora el río nos va a matar a nosotros, se nos vendrá encima si no lo cuidamos.” Lo miré con pesar, Wilfred quería decir muchas cosas, necesitaba que oyéramos su llamado. El agua del río no se puede tomar y uno se baña ahí por la última, pero no es conveniente. Yo lo hago, pero antes soy muy de buenas que no se me haya caído el pelo y otras cosas”. Y remató con un augurio inesperado: “Pero se puede recuperar”.
Recuerda que una vez se enfermó de apendicitis, con ese dolor tan fuerte se le hacía difícil entrar y salir del río. Estaba exhausto, lo hospitalizaron y lo operaron. Salió tan débil que no tenía fuerzas para regresar. Desterrado y acongojado salió a buscar otro lugar para vivir, guarda discretamente palabras de agradecimiento al río que lo había acogido durante 10 años. Ahora se siente como un fantasma en medio de una sociedad indiferente. Dice que la ciudad es ruido, caos, un nudo de orfandad, mientras que el río es un vientre donde se acuna la vida. Adaptarse a la calle fue difícil.
La maleta negra
Ese domingo, mientras hablábamos, se mantuvo de pie con el trapo de cuadros apretado entre una mano. Yo miraba la maleta negra que estaba a su lado. Le pregunté que tenía en ella. Tosió, la alzó, la echó hacia adelante, la puso en el piso, mientras los pitos de los carros, el zureo de las palomas y las hojas cayendo de los árboles como fondo, contestó “En ella está lo que más quiero, mis recuerdos y lo necesario para mi vida”.
El cielo brillaba. Empezó a poner en el cemento: dos libros, un par de zapatos negros de cuero ajados, la ropa y una cobija de color indefinido, “sin ésta, me siento desprotegido. Es la única que me abraza, entibia mi existencia y me ayuda a sobrellevar los días iguales, sin resentimiento”.
El río le enseñó que para vivir era necesario bracear ante las arremetidas de su bravura. Mientras sus palabras se desvanecían ahogadas en medio de un mundo ajeno para él, yo lo veía naufragar en los recuerdos como si fuera un barco varado sobre la playa. Nadie sabe, ni le importa sobre las aguas de qué río va flotando, sometido a los vientos y a las mareas de una ciudad incierta.
______
Perfil
Fui bautizado con el nombre de Wilfred Ospina Isaza en la pila bautismal de la iglesia de San Nicolás de Aranjuez. Tengo 59 años de edad cumplidos. Creo que sin hijos, oriundo de Medellín.
Soy blanco, cabello corto, ojos azules. Me llaman “El alemán”. Vivo en la tercera banca del parque de Guayabal, a mano derecha, diagonal a la iglesia de Cristo Rey, desde el 2004 cuando abandoné el río Ayurá.
DATOS PERSONALES
Residencia: Maleta negra
Correo electrónico: noaguantomas@hotmail.com
Estudios: Universidad de la vida, sin tesis de grado, con práctica en mantenimiento de calzado.
Deportes: Safaris acuáticos, festivo contacto con el agua.
Amuleto de la buena suerte: escapulario verde de la Milagrosa
Celular: Sin Tigo
REFERENCIAS PERSONALES
Párroco: José Pedro Betancur
Compañera del río: Patricia Paniagua
Agente de Policía: Robinson Guerra
REFERENCIAS FAMILIARES
Sin vínculos de sangre.
DESTINO
Solitario y silencioso mientras el sol se quema en la montaña.
Respetuoso con la sociedad que me mira de reojo, con temor.
La soledad del día
Ángela Penagos Londoño
La mujer le dio una palmada en el rostro con severidad y gritó: “Vaya a la tienda a comprar el pan para el desayuno”. Ella era muy dura y le descargaba todo su odio. Él salió llorando hacía la puerta y llegó a la calle desierta. Pensó que lo castigaría, no sabía a ciencia cierta por qué, se sintió atrapado por el desamparo. Como autómata empezó a caminar sin rumbo fijo. Había tomado la determinación de huir tras el paso a paso que lo iba alejando de la casa.
Wilfred, llegó a la calle a los 9 años. Desde bebé había vivido con esa mujer que reemplazaba a su verdadera madre. “Ella es bruja”, dijo, encogiéndose de hombros. La casa asfixiaba, todo estaba en desorden, los muebles apretujados, los cuadros torcidos y sus paisajes cansados de estar colgados en esos muros secos. En un cuarto había un vaso con agua, velas prendidas siempre, alumbrando retratos y el humo oloroso del incienso. En una mesa estaba el tarot, un paquete de tabacos y en un rincón unos huesos sacados de un cementerio cercano.
Wilfred es delgado y huesudo, sus ojos claros se cerraron para contener las lágrimas asomadas al evocar la historia. El cielo estaba despejado y a su izquierda, recostada en el andén, su maleta negra.
“La calle tiene un ruido que llena” dijo. Ese ruido se ha instalado dentro de él. Los vendedores gritando, la gente que viene y va en esa inmensidad de ciudad. Recuerda que se alimentaba pidiendo sobrados en los restaurantes y dormía en una bomba de gasolina.
Cuando lo conocí, vivía en la boca de un desagüe del rio Medellín, a la altura de Vegas de El Poblado. Santiago, mi hijo de 12 años era su amigo. Le daba comida y ropa, cuando el río se la arrebataba. Lo animaba, se interesaba por su mundo, conversaban sobre el reino del agua y de la tierra. “Santi me ayudó en la cuestión moral, anímicamente me dio confianza, me supo valorar. Él vio mi corazón, no mi rostro”, dijo, tras un suspiro.
Hace dos meses fuimos a buscarlo al barrio Guayabal. No fue fácil encontrarlo. Salimos varios días en su búsqueda. Un domingo a las 10 de la mañana, después de haber hablado con el señor que vende papas fritas en el atrio de la iglesia, nos confirmó que “El alemán” como lo llaman, duerme en una banca del parque. La espera fue un desafío porque nos tocó enfrentarnos a las miradas inquietas de sus habitantes que nos veían como intrusos. Cuando estábamos decididos a irnos, tímido, brotó como de la nada, y al vernos sonrió con gratitud, empuñó su mano y la llevó al corazón en un gesto de amor que leímos en esas mejillas pálidas de piel reseca y ojos azules. Nos conmovió cuando dijo: “El corazón cuando no se llena de amor, se pone duro”.
Vestía una sudadera negra y en su mano derecha tenía un trapo de cuadros rojos y blancos que apretaba con fuerza. En la muñeca izquierda tenía unas manillas verdes y azules y en la mano cargaba la maleta negra, que nos dijo era su hogar.
El río acompañó mi soledad
Empezó a vivir en esa cueva porque Patricia, que residía en la otra orilla con su compañero, se había apoderado del espacio. Sin embargo al morir él, se sintió sola y trastornada. Solo la acompañaban los susurros del río. Por esa calamidad y la recomendación de un amigo en común, le dio permiso a Wilfred para habitar el otro lado del río y le regaló unos plásticos para que armara su cambuche. Era su refugio, ahí descansaba muy bueno y el ruido del agua lo arrullaba para dormir. A veces, en la soledad del día se inspiraba, le cantaba y le hablaba. Por momentos sentía como si el río le hablara de sus nostalgias y dolores. “El río compartió su piel conmigo, nos habíamos hermanado”, dijo.La soledad del día
La soledad fue su mundo. Habla poco y observa mucho. Todos los días se levantató con ganas de ser feliz y se sentía libre como el viento. La soledad es un juego cruel que tiene vida, a veces sentía una angustia terrible, entonces miraba el firmamento buscando un dios en quien confiar. Su rutina de trabajo empezaba a las 7 de la mañana, se bañaba con agua del río, cuidaba carros y lustraba zapatos. Aprendió el oficio en un internado del Municipio de Medellín. “Me iba bien, le traía la comelona a Patricia, nos volvimos como hermanos”.
Cuenta que cuando llovía mucho, dormía con un ojo abierto, el otro medio cerrado y el oído atento porque el río rugía. Muchas veces vio cómo el agua se creció llevándose sus pertenencias y dejando solo el arenero.
El río serpenteaba desde el sur, se desbordó una noche, parecía un manto café con chamizos, rayando las paredes de la cueva. Se puso alerta, se agarró como pudo para no caer, temía que se lo llevara el río. Se sentía con el agua al cuello, el crudo invierno no le daba tregua, se refugiaba en un rinconcito esperando que escampara y que bajara la corriente. Rezaba lo que se sabía y con los ojos cerrados le pedía a la vida que le diera otra oportunidad.
Al río lo matamos los humanos
Recuerda que la luz del sol se diluía en las aguas del río que bajaba manchado cuando las tintorerías descargaban sus aguas residuales que lo contaminaban. Era el preámbulo de la destrucción. “Ahora el río nos va a matar a nosotros, se nos vendrá encima si no lo cuidamos.” Lo miré con pesar, Wilfred quería decir muchas cosas, necesitaba que oyéramos su llamado. El agua del río no se puede tomar y uno se baña ahí por la última, pero no es conveniente. Yo lo hago, pero antes soy muy de buenas que no se me haya caído el pelo y otras cosas”. Y remató con un augurio inesperado: “Pero se puede recuperar”.
Recuerda que una vez se enfermó de apendicitis, con ese dolor tan fuerte se le hacía difícil entrar y salir del río. Estaba exhausto, lo hospitalizaron y lo operaron. Salió tan débil que no tenía fuerzas para regresar. Desterrado y acongojado salió a buscar otro lugar para vivir, guarda discretamente palabras de agradecimiento al río que lo había acogido durante 10 años. Ahora se siente como un fantasma en medio de una sociedad indiferente. Dice que la ciudad es ruido, caos, un nudo de orfandad, mientras que el río es un vientre donde se acuna la vida. Adaptarse a la calle fue difícil.
La maleta negra
Ese domingo, mientras hablábamos, se mantuvo de pie con el trapo de cuadros apretado entre una mano. Yo miraba la maleta negra que estaba a su lado. Le pregunté que tenía en ella. Tosió, la alzó, la echó hacia adelante, la puso en el piso, mientras los pitos de los carros, el zureo de las palomas y las hojas cayendo de los árboles como fondo, contestó “En ella está lo que más quiero, mis recuerdos y lo necesario para mi vida”.
El cielo brillaba. Empezó a poner en el cemento: dos libros, un par de zapatos negros de cuero ajados, la ropa y una cobija de color indefinido, “sin ésta, me siento desprotegido. Es la única que me abraza, entibia mi existencia y me ayuda a sobrellevar los días iguales, sin resentimiento”.
El río le enseñó que para vivir era necesario bracear ante las arremetidas de su bravura. Mientras sus palabras se desvanecían ahogadas en medio de un mundo ajeno para él, yo lo veía naufragar en los recuerdos como si fuera un barco varado sobre la playa. Nadie sabe, ni le importa sobre las aguas de qué río va flotando, sometido a los vientos y a las mareas de una ciudad incierta.
______
Perfil
Fui bautizado con el nombre de Wilfred Ospina Isaza en la pila bautismal de la iglesia de San Nicolás de Aranjuez. Tengo 59 años de edad cumplidos. Creo que sin hijos, oriundo de Medellín.
Soy blanco, cabello corto, ojos azules. Me llaman “El alemán”. Vivo en la tercera banca del parque de Guayabal, a mano derecha, diagonal a la iglesia de Cristo Rey, desde el 2004 cuando abandoné el río Ayurá.
DATOS PERSONALES
Residencia: Maleta negra
Correo electrónico: noaguantomas@hotmail.com
Estudios: Universidad de la vida, sin tesis de grado, con práctica en mantenimiento de calzado.
Deportes: Safaris acuáticos, festivo contacto con el agua.
Amuleto de la buena suerte: escapulario verde de la Milagrosa
Celular: Sin Tigo
REFERENCIAS PERSONALES
Párroco: José Pedro Betancur
Compañera del río: Patricia Paniagua
Agente de Policía: Robinson Guerra
REFERENCIAS FAMILIARES
Sin vínculos de sangre.
DESTINO
Solitario y silencioso mientras el sol se quema en la montaña.
Respetuoso con la sociedad que me mira de reojo, con temor.
lunes, 24 de noviembre de 2014
Navidad - Poema
NAVIDAD
Es tener una parcela
de pájaros y flores,
de auroras
de arañas y redes
al cielo.
Es sentir al otro
en el abrazo
de fraternidad,
en cada paso perdido
por los laberintos
del espíritu.
Es un coro de ángeles
y de niños
que nos deja en la puerta
un villancico.
Es dejar bailar en la paila
los buñuelos,
mecer entre ven venes
la natilla
y enharinar la masa
con paciencia
para merecer la delicia
de las hojuelas.
Es ir a ver las luces
en el río
de la mano del alborozo.
Como mariposa monarca
posar pensamientos
con atisbo de infancia.
Navidad es salir del encierro
para elevar el alma
en aleluyas.
Entrar al paraíso del pesebre,
cuando la oveja llega
por el Belén del viento.
Vivir vale la pena
si sencillos y humildes
regresamos,
en esa noche sagrada,
al Nacimiento.
ANGELA PENAGOS LONDOÑO
Poeta colombiana
Es tener una parcela
de pájaros y flores,
de auroras
de arañas y redes
al cielo.
Es sentir al otro
en el abrazo
de fraternidad,
en cada paso perdido
por los laberintos
del espíritu.
Es un coro de ángeles
y de niños
que nos deja en la puerta
un villancico.
Es dejar bailar en la paila
los buñuelos,
mecer entre ven venes
la natilla
y enharinar la masa
con paciencia
para merecer la delicia
de las hojuelas.
Es ir a ver las luces
en el río
de la mano del alborozo.
Como mariposa monarca
posar pensamientos
con atisbo de infancia.
Navidad es salir del encierro
para elevar el alma
en aleluyas.
Entrar al paraíso del pesebre,
cuando la oveja llega
por el Belén del viento.
Vivir vale la pena
si sencillos y humildes
regresamos,
en esa noche sagrada,
al Nacimiento.
ANGELA PENAGOS LONDOÑO
Poeta colombiana
jueves, 13 de noviembre de 2014
jueves, 18 de septiembre de 2014
ENSÉÑAME A SOÑAR
Enséñame a soñar
Hada del suspiro del mar
llévame por el buen camino
como lo hiciste cuando
aprendimos la
oración de la vida.
Regálame otros cuentos...
el caballo rojo
de crines con chaquiras,
espantapájaros
suspendidos
en los peldaños del viento.
Enséñame a soñar
Invéntame mundos transparentes
y háblame de paz.
El duende viaja
sobre las escamas verdes
del delfín y la tortuga.
Comienza
en el país del encanto,
con leyendas de héroes
transformados
en flor.
Regálame un lugar
decorado de niñez
que pueda
nombrar como propio
con voces susurrantes
en mis dibujos de estrellas.
Soñar
es un remanso
guardado entre los bosques
y en el eco misteriosos
de la noche.
¿Acaso la fantasía
se desmoronó sobre mí
y quedó en el olvido?
Enséñame a soñar
ÁNGELA PENAGOS LONDOÑO
viernes, 12 de septiembre de 2014
BERBEL DE CANARIAS
Poeta de las Islas Canarias que participó en el II Encuentro de Mujeres poetas en "El país de las nubes" por los caminos del Café, versión 2014.
Dice qu su edad poética es de 300 años. Su cabello alborotado con tintes de rosas blancas, su sonrisa es un amuleto de cascabel. Ella trae la sabiduría ancestral de los indios guanches que vivieron antes de la conquista, en la edad de Bronce, donde a las mujeres sabias las denominaban "Las arimaguadas" emitían augurios fumívoros, esto es, derivados de la observación y del estudio del humo.
Filóloga, pintora, ceramista, directora y guionista cinematográfica, ilustradora y fotógrafa. Alumna de distintas asociaciones de escritores y artistas plásticos. Colaboradora de la Sala Canaria de la Biblioteca Nacional de la Habana (Cuba). Obras: Apoemas del Alba Escarlata (Barcelona 1984) Cachos (1999), La Grecia que hay en mí, Premio Internacional de Poesía "Tomás Morales". (1999) Reincidencias (2000) Ojos de lienzo (2002), los días quebrados (2003), Las mil y una, premio internacional de poesía "Ciudad de las Palmas" (2005), Código de barras (2006), Los desertos extraños (2006), Los caminos del agua (2008), Flyng Poems/Poemas Voladores (2012), fuga de relatos (Madrid.2013), Ciento volando (Madrid, 2013), Mujer y palabra (Fotopoemas.2013). Ha sido traducida a varios idiomas
Etiquetas:
ceramista,
Islas Canarias,
palabras,
pintora,
poeta
domingo, 7 de septiembre de 2014
POETA CARMEN AMATO DE México
La ausencia persigue el rastro de tus ojos
y el eco de tu voz entre los árboles frutales.
En este puente entre domingo y lunes
trazo y borro caminos que dicta mi esperanza
con sus nortes falsos.
Busco entre la gente y recorro rincones
que no saben decirme de ti nada.
Es ingrata la eternidad que se duerme en este día
y la estéril búsqueda que guiá el recuerdo
y tú cómo intentas resolver la vida
mientras yo aquí me desmorono
en un tiempo que transcurro
y me transcurre
como un reloj cansado
de recontar su arena.
Carmen Amato ( Gestación de la luz)
lunes, 25 de agosto de 2014
AMÉRICA EN MI PIEL - II Encuentro Internacional de Mujeres PoetasPaís de las Nubes
Este II Encuentro reune a poetas de destacada calidad literaria, representantes de ocho países: Colombia, Argentina, México, España, Ecuador, Bolivia, Brasil y Chile.
Esta experiencia creativa se realiza cada dos años en Armenia - Quindio con la dirección de la poeta Marta Elena Hoyos, visitando
Salento, Filandia, Pijao y Calarcá con el lema "La poesía al corazón de la Tierra".
El viernes 5 de Septiembre Encuentro cultural con representantes de las Comunidades indígenas que habitan la región del Quindío: Emberas, Yanaconas, Quichuas, Ingas, Nasa, Pastos, Pijaos, compartiendo las diversas manifestaciones y saberes culturales.
La clausura en la Univiersidad del Quindío con el "Recital del Fuego".
miércoles, 30 de julio de 2014
POR EL MILAGRO DEL LENGUAJE, SOMOS
Yo vengo de un tiempo en el que conversar era el don, el privilegio y la costumbre. Alrededor del fogón nos sentábamos a escuchar las historias que mi papá nos contaba cada noche. En cada una de sus palabras la voz se volvía fuego, danza, vuelo.
Éramos cómplices de un universo de imágenes, aprendimos de un mago que existe dentro de cada palabra, cuando se nombran las cosas, aparecen. Las palabras son las encargadas de pintar en el blanco de la hoja, en el de la página. Se comienza en la palabra del otro, en el borde de los labios, en la nada.
Era un ritual por donde se nos asomaba el alma, el amor y la locura. Ahí está la varita mágica para la paz. El diálogo nos permite tejer sonidos y cantos nuevos, necesitamos el encuentro, el intercambio y la reconciliación, mensajeros de todos los latidos olvidados de la tierra, para reconocernos solidariamente.
El lenguaje es la casa del ser. Esta afirmación del filósofo alemán Martín Heidegger lleva a cada palabra, en el misterio de símbolos que cada una encierra, a formar y construir un refugio, un iglú, un amparo, un silabario amoroso de techos y cámaras invisibles, de cielos y buhardillas donde los sonidos flotan y cada letra nos hace más humanos, única materia que puede pensar una estrella, como lo dice tan poéticamente el astrónomo Carl Sagan.
Así, por los abismos y cimas del lenguaje, nos expresamos, nos rea-firmamos y por un milagro del habla SOMOS.
El ser humano más asombrado que ha existido, hablo, por supuesto, de Leonardo D´Vinci, se maravillaba de cómo en la garganta se lograba ese prodigio de la palabra en las cuerdas vocales, como si poseyéramos, ahí, un instrumento musical, poblado de gorriones o ruiseñores.
Y además, el prodigio, SE CANTA y se alarga en regocijos para decir la flor y el astro.
Por el lenguaje, nos humanizamos y entramos en los enigmas de los otros lenguajes de la naturaleza.
La poesía y el arte, permiten esa magia, de descubrir cómo nos puede hablar una libélula, una araucaria…
Así recibimos los lenguajes de los nautilus desde el fondo de los mares o allende el universo.
ANGELA PENAGOS LONDOÑO
POETA
Etiquetas:
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Milagro,
reconocernos,
somos
viernes, 25 de julio de 2014
EL CANASTO - UN CUENTO
El índigena de ojos frescos dijo: "Busca tu esencia", sonrió y salió despacio.
El silencio se hizo nube.
Observé el canasto viejo y no veía más que los pequeños pliegues del tejido. El embrujo me envolvió de la cabeza a los pies cuando penetré en el secreto.
El canasto se llenó de leños que endulzaban la comida hecha por las manos tibias de la abuela, la sabiduría de la yuca, los ojos del maíz iluminados de sol llamando a los ancestros, las hojas del helecho endulzando la danza al paso de los pájaros.
La palabra existe cuando una voz llama y pronuncia mi nombre. Miré al cielo y comprendí que la vida en su esencia es maravillosa.
ÁNGELA PENAGOS LONDOÑO
lunes, 21 de julio de 2014
TRENZARÉ MI TRISTEZA
TRENZARÉ MI TRISTEZA... Un precioso relato.
FOTOGRAFÍA: Candelaria Rivera de la serie "Amor de Campo". Tomada en Nicaragua.
Decía mi abuela que cuando una mujer se sintiera triste lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello; de esta manera el dolor quedaría atrapado entre los cabellos y no podría llegar hasta el resto del cuerpo; había que tener cuidado de que la tristeza no se metiera en los ojos pues los haría llover, tampoco era bueno dejarla entrar en nuestros labios pues los obligaría a decir cosas que no eran ciertas, que no se meta entre tus manos- me decía- porque puedes tostar de más el café o dejar cruda la masa; y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo.
Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello; atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar cuando el viento del norte pegue con fuerza. Nuestro cabello es una red capaz de atraparlo todo, es fuerte como las raíces del ahuehuete y suave como la espuma del atole.
Que no te agarre desprevenida la melancolía mi niña, aun si tienes el corazón roto o los huesos fríos por alguna ausencia. No la dejes meterse en ti con tu cabello suelto, porque fluirá en cascada por los canales que la luna ha trazado entre tu cuerpo. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza…
Y mañana que despiertes con el canto del gorrión la encontrarás pálida y desvanecida entre el telar de tu cabello. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza…
Autora: Paola Klug -
sábado, 19 de julio de 2014
Jardín de peces
Viajo en las escamas del tiempo/ acunada por olas de sal./ Me refugio en la profunidad del coral,/ la canción primitiva/ se disuelve en la claridad salvaje del mar/. Buceo, / buceo/ en el interior del misterio.
ÁNGELA PENAGOS LONDOÑO
Poeta Encarnación García de Limones - Zarzal
"Viejito quiero ir al Encuentro de Poetas en el Museo Rayo, él contestó no tenemos plata. Yo me llené de tristeza y me puse a llorar. Le dije: mijo yo vendí unos huevos y tengo guardada esa platica, a lo que él contestó. Vaya pues."
Así comienza la historia de Encarnación García, que vive en la vereda Limones de Zarzal en el Valle del Cauca. Ella había oído por la emisora la noticia del encuentro que Agueda Pizarro hacía cada año en el Museo Rayo y su deseo era llegar allá para decir los poemas que había creado.
Cuenta que se puso un vestido de color verde y unas arrastraderas de colores que ya estaban reventadas. Salió a la carretera y comenzó a andar. A la mitad del camino las arrastraderas se reventaron y ella siguió descalza. Cuando llegó a Zarzal preguntó cuál era la buseta que iba para Roldanillo. Esperó paciente, cuando le dijeron,señora, señora... esa es. Ella se montó, cuando vió unas señoras que venían en la buseta, todas encopetadas, se hacía la que no era con ella, mientras el bus seguia su viaje.
Al llegar al parque, el conductor dijo: "Llegamos a Roldanillo, se pueden bajar". Ella preguntó dónde quedaba el Museo y seguió el camino indicado. Al entrar, le dijo a la niña que estaba sentada recibiendo a las poetas "Yo vengo a participar del encuentro" ella le dijo: Mire, vea, hablé con la señora Agueda que es la encargada. Encarnación se le acercó y le dijo que venía a participar. Agueda le preguntó ¿Usted es poeta?- No,no soy poeta, pero cómo y entonces como a a recitar".
Encarnación señaló con la mano y dijo que lo que había inventado todo estaba guardado en la memoria y que ese era su libro. Agueda le pidió que le recitará un poema y ella de prisa dijo "La destrucción de Armero".
Su voz alumbra cada año el recinto sagrado del Museo Rayo, donde prima el respeto por la diferencia y el reconocimiento de la hermandad entre las mujeres poetas. Ahora ella es la viva expresión de las mujeres del campo.
sábado, 28 de junio de 2014
Selección Colombiana de futbol - Vamos pa´lante
BALÓN DE FUTBOL/
El balón complacido/
desata emociones en la tribuna/
en juego de apuestas/
viaja hacia la red./
El viento sopla donde quiere/
el puntapie enturbia el cielo/
la esfera se eleva y llega el milagro/
sinfonia de gol en la garganta/
Los goles son estrellas redondas/
desengachados del cielo/
en delirio y constelación de fiesta/
ante los ojos del mundo./
Sueños de origen infantiles
hacía la gloria/
en la patria invencible/
de cada corazón./
jueves, 26 de junio de 2014
CAIGAMOS EN EL AMOR/
Hombre curtido de soles y sonrisas/
estallido de caricias/
lágrimas de cristal/
entre los dedos./
Somos fiesta de amarillos sueños/
condor del cielo/
siesta de semillas y de lunas,/
encendidos de mieles /
y alfabetos./
Ciñe la corona/
bordada con cadejos azules/
-paisaje móvil-/
en preñez de noche./
Parpadeos tuyos /
en el alma mía./
ÁNGELA PENAGOS LONDOÑO
domingo, 22 de junio de 2014
En do mayor - homenaje a todos los papás en su día
EN DO MAYOR/
Quiero conciliar
la imagen de los papás
homenaje a los cantores/
dela vida./
Corpórea vía láctea,
gema de belleza
y experiencias acumuladas./
Pliegues de erotismo
silencios tranquilos.
mirada expandida
a los montes de Venus./
Ritmo pausado
de caminos,
manos ungidas de mundo,
territorio de abrazos
y de olvidos./
Fruto maduro.
Esplendor sin vanidad.
latido y gemido de nieve,
huellas dejadas al andar./
De la escala musical,
la nota más profunda.
Gentil hombre
gallardía del corazón
hacia la vida./
ÁNGELA PENAGOS LONDOÑO
Por la celosía homenaje a mi amaramor
Por la celosía/
Luna azul
paloma de crepúsculos
quiero abrir tu puerta
ofrendarte toda mi melancolía
imagen en los lienzos de la noche.
Tu azul fija en mis ojos
estrellas nacientes.
Pinta el llanto en la llovizna
juega con luciérnagas
mientras me aferro
como a un viejo amor
que se lleva el viento
en los silencios.
Gira la vida
luna celosía del tiempo./
ANGELA PENAGOS LONDOÑO
sábado, 10 de mayo de 2014
jueves, 1 de mayo de 2014
Poesía Colombiana del Siglo XX escrita por mujeres - Editorial Apidama
POESIA COLOMBIANA DEL SIGLO XX ESCRITA POR MUJERES
Con este Tomo 2 de Poesía Colombiana del Siglo XX escrita por Mujeres, se completa la labor iniciada el año pasado, al publicar el Tomo 1, fui elegida para participar en esta antología, la cual incluye a 84 poetas con 454 poemarios editados, la primera y más completa recopilación publicada en Colombia. En este Tomo 2, reunimos 153 poetas colombianas, nacidas entre 1950 y 1989, y que a la fecha han publicado 490 poemarios. Para un total de 237 poetas con 944 libros de poemas publicados. Consideramos estas cifras como contundentes. Una demostración del oficio de poetas que ellas ejercen y han ejercido durante toda su vida. También es clara y evidente la intención y el logos poético de cada uno de sus poemas. Su dicción es amplia y muy variada, con voces múltiples de gran riqueza. Textualmente estos poemas y poemarios, configuran su propia realidad, vinculada a la evolución del lenguaje poético actual, por una parte. Y por otra, al contexto de los aconteceres presentes, como marco a la vivencia de la poeta en su propia creación, sabiéndose en un entorno sociológico propio, y en un instante histórico específico. La evolución del nuevo canon poético está siendo impulsada hoy día, y desde hace muchos años, por las Mujeres Poetas, quienes actualmente producen y publican más que sus congéneres hombres. Con estos dos volúmenes de Poesía Colombiana del Siglo XX, escrita por Mujeres, pretendemos escribir una nueva Historia de nuestra Literatura.
Fué lanzada en la Feria del Libro de Bogotá y el 22 de Mayo será lanzada en la Cámara de Comercio de Medellín a las 6.00 p.m.
Un agradecimiento sincero para Alfredo Zamorano y Guiomar Cuesta que dan un paso importante para darnos un puesto de honor a las mujeres poetas de Colombia.
domingo, 27 de abril de 2014
Vivamos la Paz - Prólogo de la Antología Tras las Huellas de la Paz
Del VI Encuentro Internacional de Poesía por la Paz queda la historia guardada en el libro Tras las Huellas de la Paz y tuve el honor de hacer el prólogo:
Cuando pensamos por primera vez en los encuentros de Poesía por la Paz nos sentimos en la necesidad de reconciliarnos con la vida y con el espíritu humano, es decir con nosotros mismos. Nos asomamos por una ventana y defendimos este espacio, porque entendimos que desde las palabras se fragua el amor con ecos de júbilo de cada poeta que llega de diferentes lugares del mundo a acompañar esta siembra desde hace seis años.
Esta tonada de diversas voces construyen arco iris en los corazones de cada ser porque la paz es intrínseca al sentimiento humano y nace en el centro de cada corazón.
El escritor Carlos Castañeda nos relata en una de sus obras de antropología filosófica, la costumbre de las mujeres iniciadas de la comunidad Yaqui de Sonora, México, de inundarse de sol por dentro.
Ellas lo miran antes de ocultarse, cuando ya no es riesgoso mirarlo y, con ligeros parpadeos, solo por el ojo izquierdo, las mujeres entran al sol a su corazón, se vuelven hechas de sol, asoleadas de estrella viajera, por toda su sangre.
Este encuentro internacional llama la atención sobre las realidades sencillas pero transcendentales que siempre han estado allí y que los poemas logran darle vida en la palabra, para recrear ante nuestros ojos que vivir es algo más que tener, que vivir es conectar nuestra existencia con otros seres humanos.
Cada recorrido es un encuentro, cada encuentro es un poema y cada poema es una danza, que cual notas en un pentagrama se entrelazan unas con otras y se aocmpasan armónicamente para que la sinfonía inagotable de la vida le de paso al descubrimiento de lo simple y de lo humano, la paz.
ANGELA PENAGOS LONDOÑO
domingo, 20 de abril de 2014
Recordando a Gabriel García Márquez
De Paris con amor de Gabriel García Márquez.
"Yo no había tenido una conciencia muy clara de mi situación hasta una noche en que me encontré de pronto por los lados del Jardín de Luxemburgo sin haber comido ni una castaña durante todo el día y sin lugar dónde dormir. Estuve merodeando largas horas por los boulevares, con la esperanza de que pasara la patrulla que se llevaba a los árabes para que me llevara a mi también a dormir a una jaula cálida, pero por más que la busqué no pude encontrarla. Al amanecer, cuando los palacios del Sena empezaron a perfilarse entre niebla espesa, me dirigí hacia la Cité con pasos largos y decididos, y con una cara de obrero honrado que acababa de levantarse para ir a su fábrica. Cuando atravesaba el puente de Saint Michel sentí que no estaba solo entre la niebla, porque alcancé a percibir los pasos nitidos de alguien que se acercaba en sentido contrario. Lo vi perfilarse en la niebla, por la misma acera y con el mismo ritmo que yo, y vi muy cerca su chaqueta escocesa de cuadros rojos y negros, y en el instante en que nos cruzamos en medio del puente vi su cabello alborotado, su bigote de turco, su semblante triste de hambres atrasadas y mal dormir, y vi sus ojos anegados de lágrimas. Se me heló el corazón, porque aquel hombre parecía ser yo mismo que venía de regreso".
miércoles, 9 de abril de 2014
martes, 8 de abril de 2014
Poesia por la Paz - del 19 al 27 de Abril de 2014 en Medellin
VIVAMOS LA PAZ.
Cuando pensamos por primera vez los encuentros de Poesía por la Paz nos sentimos en la necesidad de reconciliarnos con la vida y con el espíritu humano, es decir con nosotros mismos. Nos asomamos por una ventana y defendimos este espacio, porque entendimos que desde las palabras se fragua el amor con ecos de júbilo de cada poeta que llega de diferentes lugares del mundo a acompañar esta siembra desde hace 6 años.
Esta tonada de diversas voces construyen arco iris en los corazones de cada ser porque la paz es intrínseca al sentimiento humano y nace en el centro de cada corazón.
El escritor Carlos Castañeda nos relata en una de sus obras de antropología filosófica, la costumbre de las mujeres iniciadas de la comunidad Yaqui de Sonora, México, de inundarse de sol por dentro.
Ellas lo miran antes de ocultarse, cuando ya no es riesgoso mirarlo y, con ligeros parpadeos, solo por el ojo izquierdo, las mujeres entran al sol a su corazón, se vuelven hechas de sol, asoleadas de estrella viajera, por toda su sangre.
Este encuentro Internacional llama la atención sobre las realidades sencillas pero transcendentales que siempre han estado allí y que los poemas logran darle vida en la palabra, para recrear ante nuestros ojos que vivir es algo más que tener, que vivir es conectar nuestra existencia con otros seres humanos.
Cada recorrido es un encuentro, cada encuentro es un poema y cada poema es una danza, que cual notas en un pentagrama se entrelazan unas con otras y se acompasan armónicamente para que la sinfonía inagotable de la vida le de paso al descubrimiento de lo simple y de lo humano, la paz.
ANGELA PENAGOS L.
Abril 2, 2014
lunes, 7 de abril de 2014
MATILDE ESPINOZA - Una de las voces mayores de la poesia
La poesia siempre habitara en cada uno de sus poemas.
Nos hizo ver la tristeza de la luz y la soledad del color, ante los ojos de un niño ciego.
Asistimos con ella al dolor de los hermanos mayores paeces, al mundo como una calle larga, a lamuerte de una golondrina y a las celebraciones de la Hermana Agua, como doncella de las rocas y azahar de la antigua corona de la tierra.
Una de las voces mayores de la poesia latinoamericana, siempre leer la frescura de sus poemas, escritos hasta la lucidez de sus 98
años, nos hara aposentar en el ser, la profunda alegría de los hablejes entre la flor y los astros.
domingo, 23 de marzo de 2014
Una mujer de letras - perfil Periódico Vivir en El Poblado
Cientos de palabras que había recortado de periódicos y revistas las insertaba en una bolsa para mezclarlas y luego lanzarlas al aire. Al caer los pequeños papeles al piso del patio de la casa, los 13 hijos de Luis Arturo Penagos se tiraban al suelo para recoger las que más pudieran y así jugar a formar frases a contra tiempo. Desde ese momento la poesía preguntaba por Ángela a través de juegos, conversaciones y lecturas con su padre. “Lo llamo el filósofo del viento”, dice ella, refiriéndose a Luis Arturo. Con esas mismas palabras tituló un poema que escribió en su memoria muchos años después de haber disfrutado esos juegos en su infancia en Belén. Ahora Ángela vive en el barrio Manila, es madre de dos hombres, abuela de tres niñas, pero, sobre todo, Ángela Penagos Londoño es poeta.
A los juegos de palabras infantiles se sumaron cuentos, tertulias de literatura con los vecinos y obras de teatro en la juventud. Las creaba de principio a fin con algunos de sus hermanos, y aquellos que no participaban le servían de público.
Entre esos juegos de teatro y la escritura de cartas de amor empujadas por las hormonas adolescentes de sus compañeras de clase, empezó a exteriorizar su interés en la escritura y la poesía. En el colegio vio por primera vez que sus palabras podrían sorprender a los lectores. “Una de las monjas de La Presentación nos puso a escribir una carta y yo elegí como personaje narrador a un pato. Ella abrió unos ojos inmensos y vi que había algo interesante. Entendí que la imaginación es poderosa; como decía Santa Teresa de Jesús, es la loca de la casa, y yo he querido despertar esa loca que hay en mí”.
lunes, 10 de febrero de 2014
MARGA LOPEZ DIAZ - "Un salivar de miel y leche viva"
Fotografía sentida de Tatiana Pérez
MARGA LÓPEZ DIAZ
Habita en la casa de campo Bonanza, valle de los Tahamies, celebra el año
de la golondrina y le hace homenaje al silencio de lo pequeño.
Su espíritu posee el don de la infancia, niña maga, mar, maga dicha.Toda
ella apacigua el corazón.
Ella es campana de cristal, sonido de las sílabas entre el ala y el laud, en
su vuelo sereno de alto ascender con las manos abiertas del Amor.
Marga lleva en la memoria los significados en los acantilados, en la arena,
y en la expansión del horizonte .
EL BAÑO
Agua de manzanilla, lento oro
en la jofaina de la dicha pura.
Sobreaguar del pezón, en el decoro
de un pétalo dejado a su blancura.
Barquito de canela, el jabón moro
va del ombligo al surco de pavura.
Dentro del agua es fácil el azoro
y el desvío a la débil curvatura.
Una caléndula, leve anagrama,
navega por el muslo curativa.
Y el aceite de almentros emparama
a la mano que viaja a la deriva.
Te levantas y el agua me derrama
un salivar de miel y leche viva.
sábado, 8 de febrero de 2014
Olga Elena Mattei - Navío entre las estrellas
OLGA ELENA MATTEI
Su nombre significa lo sagrado de la luz y así ha sido su permanente
viaje por la belleza, la verdad y la filosofía del conocimiento.
Su poesía es un navío entre las estrellas y las semillas esparcidas
entre los árboles.
Poesía del cosmos, tiende guirnaldas entre las alúnas de Ganímedes y
las auroras boreales de Andrómeda.
En su maravilloso libro: " El profundo placer de este dolor ", entra
al éxtasis sagrado, como si la pupila humana, alcanzara a reflejar
la luz y la sombra de los enigmas del mandala que forman las galaxias
en la expansión del universo.
Voz mayor de hada consagrada a las ofrendas y transfiguraciones del
lenguaje, Olga Elena Mattei, engalana la pléyade de las mujeres
sibilas, desde Safo y Sor Juana, hasta todas las voces levantadas
para decir la palabra impronunciada, que se atreven a decir las
mujeres en la poesía, a través de los siglos.
jueves, 6 de febrero de 2014
Meira del Mar - "Era plena de gracias
MEIRA DELMAR
" Era plena de gracia....", como dijo el poeta.
Aprendió la poesía, desde la escuela, cuando el sol entraba por la
ventana y dejaba en los tamitos de luz, misterios de arcoiris.
Verla, en la dicha de saberse cada poema y en la imponencia de
decirlos, como si fueran músicas del agua, fue un privilegio
eterno en la memoria.
Meira, Olga Isabel, era, ella misma, en cada una de las horas de su
maravillosa vida, la esencia de la poesía y de la donosura.
La voz más elevada de nuestro país, nos enseñó la ausencia del amor
consagrado; jazminera de Arabia, gacela vulnerada, corza alada,
nos enseñó a amar el mar y a volver nuestro corazón, marinero.
Por ella, aprendimos a ver volar las palabras, en el vuelo de las
garzas, a aspirar los aromas nuevos del aire y a permanecer en la
poesía, " como en un laberinto iluminado ".
MEIRA DEL MAR
CASIDAS DE LA PALABRA
Relampaguea, huyendo,
la palabra.
Oro del pez que en la espuma
se desvanece, instantáneo.
Cae del árbol
la palabra hoja.
El poeta la sigue.
No la alcanza.
Ahora yace en la tierra
cuando pudo
vivir ¡ay! en el verso.
Llega
la palabra.
Quiere la voz
asirla.
Pero huye y se pierde
por el envés
del aire.
Sola,
en el azul de la mañana vuela
una garza.
Sabe dios qué poeta distraído
dejó que se le fuera
una palabra.
jueves, 30 de enero de 2014
Una mujer en Mar del Plata, Argentina, le preguntó a Prem Rawat:
- ¿Cómo puedo superar la pérdida de una persona a la que he amado mucho?
No cabe duda – respondió Prem Rawat – de que no es posible sustituir a esa persona o evitar tu tristeza, pero es un hecho que en tus recuerdos esa persona sigue viva.
Extrae la belleza de la situación. El amor que sientes por esa persona no tiene por qué terminar nunca. Ese amor no muere jamás. Y esa persona, aunque ya no esté viva físicamente, seguirá viva en tu amor, en tu sentimiento, donde te acompañará durante el resto de tu vida. Es el amor lo importante. El amor es lo que nos une. El amor nada tiene que ver con el lamento. El amor no es contemplar el pasado y preguntarnos cómo podría haber sido y cómo es que no fue. El amor no trata de las cosas que no son. El amor es acerca de lo que es, acerca de lo que se siente en el corazón en este instante. Por fortuna para todos nosotros, aun cuando hayamos sufrido una pérdida, hay algo que siempre seguiremos teniendo. Algo que nadie podrá quitarnos, ni siquiera la muerte. Y eso es amor.
Del libro La Paz es Posible, página 359. Autora Andrea Ceigan
miércoles, 29 de enero de 2014
El primer festival Concurso de Poesía de El Poblado Bajo el cielo de Aná se realizará los días 18-19-20 de Febrero del 2014 en Arte Vivo, calle 9 NO. 43B68 de 5.00 a 7.00 p.m. Nace con recursos públicos priorizados por los habitantes de la Comuna 14 en el programa de Planeación local y Presupuesto Participativo de la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín.
Tres reconocidos jurados de talla internacional son los encargados de elegir a 3 poetas ganadores con un premio de $3.000.000 para cada uno. Este proyecto quiere estimular la producción poética.Tenemos derecho a poseer una quebrada, un naranjo, buganvilias y un patio, la parcela del sistema solar o lunar a la que todos tenemos derecho para asegurar nuestra propiedad en los sencillos prodigios de la palabra.
Requisitos para participar
Diligenciar formulario que se solicita en penagosangelal@gmail.com
adjuntar reseña de su trayectoria poética y 5 poemas que serán leídos en el día y hora que se les informa delante de los jurados.
Las inscripciones son hasta el 14 de Febrero del 2014
Pueden participar los poetas que vivan, trabajen o estudien en El Poblado.
Aná es un vocablo índigena que significa "Montaña de oro".
Si alguna vez ha habido una oportunidad, ésta es la oportunidad. Poeta ocupa tu lugar, participa para que la ciudad sienta el sonido de la alegría, la nostalgia, el sentir de lo humano, de lejanías y pesadumbres.
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