Ángela Penagos Londoño dice asistir a la dicha de la mujer antigua, la mujer asombrada, de la mujer imaginera y la niña que la habita con su inocencia siempre recuperada. Son las mujeres que la habitan de alguna forma. Esas mujeres que se alimentan según dice con pedacitos de amaneceres, envolturas de luna tibia y sueños que van haciendo historia con sus historias. Dice inventarse a sí misma cada mañana, rompiendo la rutina, regalando palabras nuevas, para las personas que también son nuevas cada mañana.
ANGELA Y LAS MUJERES desangelizadas QUE LA HABITAN
[Entrevista]
Por Ernesto R. del Valle
ESPECIAL PARA LA REVISTA GUATINí
Revista Guatiní. Mi primera pregunta va dirigida a tu ámbito estrictamente personal e íntimo si se quiere. ¿Quién es Ángela, esa mujer que vive su vida personal alejada de las estructuras del Arte y la Literatura?
Ángela Penagos Londoño.-
Soy una mujer de sustancia primitiva, con ojos redondos y sinceros, color miel. Alguien dijo que la alegría nos refresca la conciencia de la ruptura original. No tengo que hacer esfuerzo para estar alegre y que yo sepa, nunca he dicho "Hoy es un día aburrido".
Soy mujer madre, no solo biológica, sino la que apacigua el dolor y la soledad del ser humano que se acerca.
Me define el sentimiento que nunca se agota, el amor. Tiene olor floral y es tibio. En esta búsqueda de mi esencia, de la belleza de mis días y mis noches y en lo peremne de mi siembra, me hallé con la autencidad de la geometría, los cristales y el lenguaje.
RG.- Tu casa natal. Ese rinconcito tibio donde te guarescías a imaginar tus vivencias infantiles, ¿Cómo fue esa etapa de tu vida?
APL.- Mi casa estaba de pie en una esquina del barrio Belén de la ciudad de Medellín, era de bahareque y tapias altas. Yo me parecía a ella en el blanco anhelo, en el tejado dulce y en la arcilla de guacas y conjuros. La cocina con olor a canela y chocolate era el lugar del encuentro y la locura cuando mis doce hermanos y yo llegábamos al lugar de siempre a alimentarnos. Alambique donde todas las cosas van
almacenándose y destilándose en uno.
No volverán mis ojos a condensar el cosmos en el distante cielo, unido al jardín de flores donde guarde lunares de mi alma.
Cuando papá llamaba a recoger palabras en la inmensidad del patio, pájaros, castillos, caballitos de mar caían en mi mochila tejida de esperanza niña.
RG.-Tus primeros autores, tus primeras lecturas. Tus primeros sueños.
APL.- Como ganar amigos e influir sobre las personas, escrito por Dale Carnegie, confieso fue el primer libro que leí. Puedo ver el espíritu de mi padre cuando me lo dio de regalo: "Recuerde que para cada persona su nombre es el sonido más dulce". Era un paquete de buenos modales. Lo guardé en la biblioteca por muchos años, hasta un día que quise hojearlo, pero sus hojas contenían el ruido de las galletas de soda. Si, porque yo me sentaba al lado izquierdo sobre el pecho de mi padre. Mi hermana también buscaba un rincón de su cuerpo para sostenerse. Valía la pena estar sentados en el piso entrelazados, esperando que empezará a descolgar las letras del libro que él sostenía con dulzura entre sus manos.
Cuando leí Cien años de Soledad del nobel colombiano Gabriel García Márquez, detenía la lectura cada cinco minutos y suspiraba. Me regaló un mundo mágico en la multiplicidad de los seres y las experiencias contadas.
El principito de Antoine de Saint Exupery, fue una revelación. Tuve los ojos fijos en el libro, de pronto parecía saber exactamente en lo que me convertía bajo su constante provocación.
RG.- ¿Quien influyó en tus primeros textos. Qué lecturas estaban presentes en esos primeros momentos de creación?
APL.- Influyó en mi como un sol visible Marguerite Yourcenar, sibila de la historia, peregrina. La fluidez de la narración y la agudeza de una mirada inusual en el panorama de la historia: "Tratemos de entrar a la muerte con los ojos abiertos", palabras finales de su obra "Memorias de Adriano".
Rainer María Rilke que alumbra mi libro el Umbral del ángel. Rilke ansiaba en vida, su ámbito dentro de las estrellas, y a fe que lo logró, porque su poesía habita La tierra florida, bien poblada de ángeles:
Mas los ángeles pasan cual bandadas
de aves, y hallan todo fruto en agraz.
Emily Dickinson, la clave, su lenguaje sencillo, la forma como juega con las palabras.
Hipatia, lumbrera para cualquier milenio. Astrónoma, matemática, maestra, libertaria, librepensadora. Dirigió la biblioteca de Alejandría.
RG.- ¿Cual de tus libros publicados guardas con cariño, te aportó luz para los nuevos por venir y te hizo ser esas variadas mujeres que conviven en tu interior.?
APL.- Estoy completamente segura que cada libro se abre paso entre los recónditos pliegues de la memoria para iluminar otros textos. Al libro Ecos de marimba, le debo la mayor de las angustias, en tanto que la voz se eleva hasta hacerse rítmico testimonio del sufrimiento de las mujeres en la guerra. Hay inocencia en la caricia de la herida, en el velo rasgado, en el abrazo que apacigua el dolor y la soledad. Milenaria búsqueda en los ojos de una niña atascada entre el tiempo de su madre y su propio tiempo.
testimonio de la mujer guerrillera, las madres que lloran a sus hijos que mueren en la guerra, las campesinas que llegan de lejos, sin maletas, sin nada de nada, a una ciudad de cemento, desplazadas por la violencia.
RG.- Ángela, pasemos a tus libros. Desde que escribiste y publicaste el primer poemario Silencio del Mandala, hasta el último libro ha pasado mucha vida en tus mujeres interiores, muchas frustraciones, triunfos, fracasos y éxitos, amores y desamores. ¿Que piensa la autora Ángela Penagos sobre estas fluctuaciones en su permanente estar y ser en la literatura?
APL.-He avanzado en un largo y fascinante viaje, comprobando que todo sueño se vuelve realidad, cuando existe voluntad y persistencia. Desde uno de mis puntos cardinales me estaciono en el centro de mi corazón para encender el espíritu que me da la certeza de que en las palabras y en mis pensamientos está la creación. Porque la vida es una obertura por donde pasan los amores, la amistad, la alegría, la tristeza y el llanto. Ahora camino con la experiencia acumulada que me libera de la soledad de las noches.
RG.- La vida tiene fluctuaciones, es, como sabemos, una espiral siempre en ascenso, en esa espiral se desatan los aciertos y desaciertos que abruman y esclarecen la voluntad.. ¿Te has sentido, como mujer, alguna vez, rendida en cuerpo y alma como para dejar a un lado tu acto de creación?
APL.- La creación es como un río, con altibajos, pero fluye, tiene su cauce, nunca se detiene, está en permanente movimiento. Todos los días multiplico acciones para que los aciertos y desaciertos se conviertan en antorchas de experiencias que alumbren mi escritura. Ahora sé que la paciencia implica aceptar verdades dolorosas, y a pesar de eso he insistido y persistido.
. La vida es un permanente aprendizaje. Solo con esfuerzo y dedicación me he salvado de lluvias torrenciales y crecientes.
RG.- Participaste en Cuba en la 2º edición de la Feria Internacional del Libro. Qué encontraste en esa Cuba tan llevada y traída para bien y para mal. en la Historia Moderna Latinoamericana?
APL.- Fui invitada a participar de la 20° Feria Internacional del Libro de la Habana que se realizó del 10 al 20 de Febrero del 2011 bajo el lema "Leer es crecer", dedicada a los autores Jaime Sarusky Miller, premio nacional de literatura 2004 y Fernando Martínez Heredia, premio nacional de Ciencias Sociales 2006. Dedicada a las culturas de los pueblos del ALBA y al Bicentenario de la primera independencia de América Latina y el Caribe.
La feria tuvo lugar en la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, encantador recinto ubicado frente a la bahía habanera, muy cerca de la Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad. Es el evento cultural más importante del país.
Me encontré con la poeta Carilda Oliver con sus poesía amatoria y celebro cuando dice "Me desordeno, amor, me desordeno cuando voy en tu boca, demorada, y casi sin por qué, casi por nada, te toco con la punta de mi seno...."
Visité el pabellón de los niños, donde la imaginación convertía caballos de palo en briosos alazanes y diminutas luciérnagas en destellantes luminarias.
RG.- La literatura en Colombia está plagada de nombres que en el Universo de las letras brillan con luz propia. Sólo unos nombres que te resultarán familiares: desde el antioqueño autor de Frutos de mi tierra, Tomás Carrasquilla, José Eustasio Rivera, Jorge Isaacs, Álvaro Mutis, pasando por el Gabo hasta la joven bogotana Laura Restrepo, la nueva generación colombiana posee grandes ejemplos a seguir en su peregrinar inicial por estos difíciles rumbos de la creación literaria. ¿Crees que este comportamiento es lúcidamente real entre las novísimas generaciones?
APL.- Quiero empezar con una cita atribuida a André Malraux. Dice: "Cultura es lo que, en la muerte sigue siendo la vida". A mi me gusta porque es mirar a los nuevos escritores bajo el prisma de la vida, de la gente. El buen escritor busca el significado de las cosas, de los acontecimientos, de los personajes, de los procesos.
En Colombia hay una buena cosecha de escritores nuevos y buenos. Todos ellos han obtenido premios de resonancia nacional o internacional, ninguno ha dejado de escribir y por eso sus obras siguen cobrando resonancia, aunque a algunos los han favorecido más los medios y eso ha hecho que estén más presentes. Podemos incluir a escritores destacados como Efraím Medina, Héctor Abad Faciolince, Tomás González, Evelio Rosero, Pablo Montoya, Carolina Sanín.
RG.- Estas invitada por The Cove/Rincón, a un importante evento en Miami. ¿Puedes hablarme brevemente de esto?
APL.- Estoy muy contenta de participar este año en "La vuelta al mundo en 20 años" invitada por The Cove/Rincón International que se realizará en la ciudad de Miami del 12 al 20 de Agosto de 2015.
Es una Organización Cultural bilingue fundada en 1995 por Marily A. Reyes, que promociona el arte y la cultura, no sólo en Estados Unidos, sino a nivel internacional y este año Colombia estará representada por mí, junto a Georgina Cuartas Cadavid y Constanza Eugenia Muñoz..
RG.- Te auguro una estancia agradable en Miami, a lo mejor nos conocemos personalmente. Te agradezco estas palabras, este transitar por las mujeres que batallan y se aferran en tu interior desangelizando el mito de la debilidad femenina. Gracias por tu tiempo, estimada colega. Reciba mi abrazo virtual.
APL.- Gracias a ti, Ernesto por darme la oportunidad de expresar estas ideas, estas emociones y sinceramente estoy muy feliz de participar contigo en esta experiencia que me permite adentrar en mi vida literaria y personal.
Miami, Julio 11, 2014
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