Ecos de marimba
Autor: Sergio Esteban Vélez
5 de Julio de 2012
Ángela Penagos Londoño, una de las mujeres más profundamente poéticas de Antioquia, presenta por estos días su nuevo libro “Ecos de marimba”, el cuarto de su viñedo líricoÁngela Penagos Londoño, una de las mujeres más profundamente poéticas de Antioquia, presenta por estos días su nuevo libro “Ecos de marimba”, el cuarto de su viñedo lírico, luego de “Silencio del Mandala”, “Umbral del ángel” y “Tras el velo, una historia”, que tan positivamente nos sorprendieran en este último decenio, en el cual Ángela se ha consagrado por completo a la misión de las artes y las letras.
El lanzamiento de esta nueva producción suya es motivo de celebración para la comunidad literaria de la ciudad, especialmente para las mujeres artistas y poetas, que han visto en Ángela no sólo a una gentil y solidaria colega, sino también a una líder llena de energía y de buenas ideas y proyectos, siempre presta a gestionar recursos y apoyos para desarrollar programas que exalten el talento de las mujeres creadoras de nuestro departamento.
A esta mujer corajuda, se debe en gran medida el éxito que ha alcanzado la Red de Mujeres Artistas de Medellín, que tanto ha figurado en este lustro en el panorama cultural de nuestra Bella Villa. Ángela ha sabido conducir los destinos de esta necesaria organización con la misma inteligencia y carácter con que ha logrado la materialización de los objetivos del Consejo de Cultura de El Poblado, y con la misma entrega absoluta, visión y recursividad con que dirigió la Corporación Mujeres Poetas de Antioquia. Otra de sus obras-hijas ha sido el Encuentro “Poesía por la Paz”.
Para comprender debidamente las dimensiones y vibraciones de la obra de esta mujer-poema, vale la pena recordar algunos fragmentos de un hermoso texto que sobre ella escribiera quien es verdadera autoridad en poesía escrita por mujeres, la gran Olga Elena Mattei: “Ángela Penagos combina la ingeniosidad con figuras de esplendor poético (...) Las palabras más sencillas, sin rebuscamientos, las puede usar sin caer en lo simple, porque portan ideas con imágenes llenas de belleza y fantasía (...) La saudade, o la nostalgia por los seres queridos ausentes, no se comenta con ninguno de los sustantivos o adjetivos llorosos y plañideros comúnmente usados en estas elegías. Y así, en todas las memorias de reclamos o de vivencias tristes que Ángela Penagos describe, se cierne un deje de cotidianeidad que ella encapsula como bocetos de un pintor de bodegones domésticos, capaces de traer al lector a sus propias escenas. (...) Y las palabras sencillas las sabe convertir en herramientas para excavar las profundidades del alma humana. (...) Y también es capaz de hundir su embudo penetrante con meditaciones existenciales en el núcleo de cualquier objeto común al cual le encuentra facetas introversas”.
Y antes de concluir, uno de los buenos poemas del nuevo libro de Ángela, ese que, justamente, le da el título al libro, “Ecos de Marimba”: “Acomoda mi cuerpo destechado en lo urbano de tu río/ y esconde mi niñez en el festejo de tus cerros.
Soy una niña negra amasijo de tierra./ Labios de pez. Oración de brasa/ piel dispuesta para el rito.
Traigo en mis ojos el luto largo de mi madre/ paridora de penas y desvelo de siglos.
En la cinta de mi pelo percusión de selva/ música invisible de un noviembre/ sin retorno”.
Estamos seguros de que este nuevo volumen de la obra de la aguerrida y espiritual Ángela llegará al alma del público y producirá la misma fruición que han sentido tantos lectores y tantos espectadores de recitales suyos en Colombia, México, Cuba, Argentina, Perú y Ecuador, entre otros santuarios de la lengua castellana, esa, la gran amada de nuestra protagonista de hoy.
El lanzamiento de esta nueva producción suya es motivo de celebración para la comunidad literaria de la ciudad, especialmente para las mujeres artistas y poetas, que han visto en Ángela no sólo a una gentil y solidaria colega, sino también a una líder llena de energía y de buenas ideas y proyectos, siempre presta a gestionar recursos y apoyos para desarrollar programas que exalten el talento de las mujeres creadoras de nuestro departamento.
A esta mujer corajuda, se debe en gran medida el éxito que ha alcanzado la Red de Mujeres Artistas de Medellín, que tanto ha figurado en este lustro en el panorama cultural de nuestra Bella Villa. Ángela ha sabido conducir los destinos de esta necesaria organización con la misma inteligencia y carácter con que ha logrado la materialización de los objetivos del Consejo de Cultura de El Poblado, y con la misma entrega absoluta, visión y recursividad con que dirigió la Corporación Mujeres Poetas de Antioquia. Otra de sus obras-hijas ha sido el Encuentro “Poesía por la Paz”.
Para comprender debidamente las dimensiones y vibraciones de la obra de esta mujer-poema, vale la pena recordar algunos fragmentos de un hermoso texto que sobre ella escribiera quien es verdadera autoridad en poesía escrita por mujeres, la gran Olga Elena Mattei: “Ángela Penagos combina la ingeniosidad con figuras de esplendor poético (...) Las palabras más sencillas, sin rebuscamientos, las puede usar sin caer en lo simple, porque portan ideas con imágenes llenas de belleza y fantasía (...) La saudade, o la nostalgia por los seres queridos ausentes, no se comenta con ninguno de los sustantivos o adjetivos llorosos y plañideros comúnmente usados en estas elegías. Y así, en todas las memorias de reclamos o de vivencias tristes que Ángela Penagos describe, se cierne un deje de cotidianeidad que ella encapsula como bocetos de un pintor de bodegones domésticos, capaces de traer al lector a sus propias escenas. (...) Y las palabras sencillas las sabe convertir en herramientas para excavar las profundidades del alma humana. (...) Y también es capaz de hundir su embudo penetrante con meditaciones existenciales en el núcleo de cualquier objeto común al cual le encuentra facetas introversas”.
Y antes de concluir, uno de los buenos poemas del nuevo libro de Ángela, ese que, justamente, le da el título al libro, “Ecos de Marimba”: “Acomoda mi cuerpo destechado en lo urbano de tu río/ y esconde mi niñez en el festejo de tus cerros.
Soy una niña negra amasijo de tierra./ Labios de pez. Oración de brasa/ piel dispuesta para el rito.
Traigo en mis ojos el luto largo de mi madre/ paridora de penas y desvelo de siglos.
En la cinta de mi pelo percusión de selva/ música invisible de un noviembre/ sin retorno”.
Estamos seguros de que este nuevo volumen de la obra de la aguerrida y espiritual Ángela llegará al alma del público y producirá la misma fruición que han sentido tantos lectores y tantos espectadores de recitales suyos en Colombia, México, Cuba, Argentina, Perú y Ecuador, entre otros santuarios de la lengua castellana, esa, la gran amada de nuestra protagonista de hoy.
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